La Cabanya es un espacio reducido, temporal y movil donde llevé a cabo un experimento relacional con 19 personas a lo largo de 2 años. Compartimos de “uno a uno” (dos personas a solas cada vez), unas horas de intimidad, mientras desarrollábamos actividades lúdicas provinientes de intereses comunes. Las experiencias en la Cabanya y algunas de sus consecuencias fueron recogidas en un libro, mediante texto y fotografía.
El objetivo principal del proyecto es generar vínculos que no partan de una premisa en torno al capital o al consumo. Combatir la alienación, poner en valor y fomentar lo no productivo, lo lúdico y lo compartido, observar la sociedad fluida y experimentar maneras de interactuar con ella.

El proyecto no se queda en las horas que se comparten bajo el techo de la Cabanya y su documentación nos muestra que su final no es cerrado, la obra tiene un carácter expansivo que genera nuevos proyectos y caminos.

El espacio de la Cabanya entra en resonancia con el concepto de T.A.Z (Zona Temporalmente Autónoma) y está físicamente compuesto por elementos reciclados, como la cubierta hecha con trozos de pantalones tejanos (encontrados y cedidos), que refuerzan la idea de colaboración y de poder encontrar un elemento común entre personas independientemente de su origen. El espacio se ayuda de la proximidad física a la que obliga usarlo, su sencillez que recuerda a la infancia, el juego, lo informal y lo casero, para generar la sensación de intimidad.

Las experiencias vividas desencadenan preguntas filosóficas en los escritos del libro, que buscan respuestas relacionando las teorías de Zygmund Bauman sobre la contemporaneidad y la filosofía Zen. Otras influencias artísticas para el proyecto son Yoko Ono, Lygia Clark y Miranda July.
El libro recoge siguiendo la cronología de las cabañas descripciones sobre la experiencia con cada persona des de un punto de vista que no intenta ser científico, deliberadamente subjetivo. Cada texto consta de dos partes; la primera escrita generalmente la misma semana (o durante el mismo mes como máximo) y la segunda, escrita a medianos de 2019, comentando desde una distancia temporal mayor y actualizando la evolución de la relación establecida. Entre estos capítulos se intercalan reflexiones y preguntas que han surgido durante el camino no específicas a un solo caso. Un bolsillo al final del libro contiene pequeños objetos resultantes de los encuentros, como por ejemplo fanzines.
En señal de gratitud a los participantes estoy elaborando un cojín para regalar a cada uno, tomado como inspiración formal recuerdos o asociaciones que hago con ellos.

También celebraremos una velada, con música en directo, comida e otros entretenimientos organizada para y junto a los colaboradores del proyecto, abierta también a personas externas al proceso.